Mi experiencia

Me operé de un aumento de pecho a los veinticuatro años. En mi libro "MAMA. Desnudándome en y del dolor ", explico con mucho detalle toda mi vivencia. Al cabo de cuatro años me quité los implantes, ya que no los podía ver más en mi cuerpo, además de las incomodidades que me generaba llevarlos, me había desidentificado de la perfección y, por lo tanto, ya no me representaban.

En el libro, visibilizo diversos aspectos en primera persona que desarrollo a continuación desde otra perspectiva más amplia y crítica:

A todas nos ha pasado que han opinado sobre nuestro cuerpo. Cuando más impacto me causó un comentario sobre el tamaño de los
mis pechos, fue cuando estaba en un momento muy vulnerable, y después de ese comentario, sumado a toda la carga que ya
llevaba dentro de mí, tomé la decisión de operarme.

Hacer comentarios sobre el cuerpo de otra persona puede parecer inofensivo, pero a menudo tiene consecuencias negativas. La sociedad
está llena de mensajes sobre cómo debería ser un 'buen cuerpo', y cuando se hacen comentarios sobre el peso, la forma o cualquier
característica físicas de una persona, se pueden reforzar inseguridades o problemas de autoestima.

Peligros de estos comentarios:

  • Impacto emocional: Fomentan inseguridades y pueden afectar la salud mental.
  • Presión social: Contribuyen a la idea de que el valor de una persona depende de su apariencia.
  • Cosificación: Especialmente en el caso de las mujeres, estos comentarios refuerzan la idea de que su valor se basa en cómo se ven.

Es importante recordar que el cuerpo de cada persona es personal y no debería ser objeto de comentario o juicio.

Desde pequeñas, las mujeres recibimos mensajes que asocian el valor femenino con la apariencia física. Uno de los estereotipos más fuertes es que unos pechos grandes son más atractivos, sensuales o femeninos.


Querer ser perfecta y encajar en el modelo que se nos ha dicho que debemos ser me llevó a situaciones y decisiones de forma casi automática que nunca habría imaginado.” Citación textual de MAMA.


Factores que influyen en esta presión:

  • Medios de comunicación y redes sociales: Representaciones irreales del cuerpo femenino.
  • Publicidad y moda: Marcas que diseñan ropa pensada para ciertos tipos de cuerpos.
  • Comparación constante: Las mujeres sienten que deben adaptarse a un modelo impuesto para agradar o encajar.

A lo largo de los años ya se han ido desmontando estos estereotipos, pero aún queda camino por normalizar la diversidad corporal y eliminar la presión por alcanzar un ideal inalcanzable.

Los implantes pueden ofrecer seguridad a algunas personas, pero también conllevan molestias y riesgos.

Posibles incomodidades y riesgos:

  • Dolor e incomodidad: Especialmente los primeros meses después de la cirugía. Dormir boca abajo genera
    incomodidad, es como si te estiraras sobre dos pelotas, y correr olvídalo.
  • Limitaciones físicas: Algunas mujeres experimentan rigidez o dificultades para realizar ciertos movimientos.
  • Algunos casos pueden aparecer complicaciones médicas: contractura capsular (endurecimiento de la zona), rupturas, reacciones alérgicas, etc.

Es importante tener toda la información antes de tomar una decisión y valorar si los beneficios superan las posibles incomodidades.

El aumento de pecho es una de las operaciones estéticas más populares, pero también tiene un costo elevado.

Precios de implantes mamarios aproximados en España:

  • Coste medio: Entre 4.000 y 7.000 euros, dependiendo del cirujano y la clínica.
  • Revisiones y mantenimiento: Puede ser necesaria una operación de sustitución después de 10-15 años, con costes similares.
  • Tratamientos adicionales: Medicación, fisioterapia postoperatoria, sujetadores especiales, etc.

Es esencial considerar si este coste es una inversión realmente necesaria o si se está haciendo por presión social.

El sistema sanitario está sobrecargado, y las operaciones no esenciales a menudo ocupan recursos que podrían destinarse a
intervenciones urgentes.


A continuación dejo algunos datos importantes:

  • Listas de espera largas: En España, muchas operaciones necesarias tienen esperas de meses o incluso años.
  • Privatización y desigualdad: Quien puede pagar una operación estética privada tiene acceso inmediato a quirófanos y especialistas,
    mientras que muchas personas esperan para intervenciones esenciales

Eso no significa que nadie no pueda someterse a operaciones estéticas, pero sí que hay que ser conscientes del impacto que tienen en
el conjunto del sistema sanitario.


Optar por una operación estética no solo implica una inversión personal, sino que también contribuye a toda una industria.

¿A qué estamos apoyando con nuestro dinero?

  • Industria de la cirugía plástica: Un mercado multimillonario que a menudo se basa en la inseguridad de las personas
    para crecer.
  • Empresas de fabricación de implantes: Corporaciones que pueden priorizar los beneficios económicos por encima de la
    seguridad y salud.
  • Influencia en el modelo social: Cada persona que se somete a una operación contribuye a reforzar el ideal de cuerpo
    "perfecto", haciendo que más mujeres sientan la presión de operarse.

Es necesario reflexionar si realmente queremos participar en este sistema o si podemos aprender a aceptar y amar nuestros cuerpos
sin necesidad de modificarlos quirúrgicamente.


Optar por implantes mamarios significa introducir un elemento externo dentro del cuerpo, lo que conlleva implicaciones tanto físicas
como psicológicas.

No es un elemento natural del cuerpo. Los implantes son materiales sintéticos, normalmente de silicona o solución salina, que el cuerpo puede percibir como un elemento extraño. Esto puede provocar reacciones adversas como:

  • Contractura capsular: El cuerpo forma una cicatriz alrededor del implante que, en algunos casos, puede endurecerse y causar dolor o deformación.
  • Ruptura o fugas: Los implantes no son indestructibles; pueden romperse o deteriorarse con el tiempo, lo que puede requerir una nueva intervención quirúrgica.
  • Posible interferencia con mamografías: Puede ser más difícil detectar anomalías en exploraciones médicas.

Dependencia médica a largo plazo. Una vez realizada la cirugía, se crea una relación de dependencia con el cirujano y el sistema médico para el mantenimiento y seguimiento de los implantes:

  • Revisiones periódicas: Son necesarias para detectar posibles complicaciones, como la ruptura del implante o reacciones del cuerpo.
  • Sustitución obligatoria: Como ya he dicho, la mayoría de los implantes deben ser cambiados después de unos 10 a 15 años, ya que con el tiempo pueden deteriorarse o desplazarse.
  • Posibles complicaciones futuras: Un cambio en la forma del cuerpo, el envejecimiento o los embarazos pueden hacer que los implantes necesiten ajustes o una nueva operación.

Más allá de los aspectos físicos, vivir con implantes también puede generar una sensación de dependencia psicológica:

  • Miedo a complicaciones: Algunas personas se preocupan constantemente por si sus implantes pueden romperse o provocar problemas de salud.
  • Inseguridad y presión por mantenerlos: Hay quienes, una vez operadas, sienten presión por seguir cumpliendo con un cierto
    estándar de belleza y se ve obligada a más intervenciones.

Ponerse implantes no es solo una decisión estética, sino que conlleva una relación de por vida con la medicina. A
diferencia de otras modificaciones corporales temporales, como un cambio de peinado o un maquillaje, los implantes implican
revisiones constantes, posibles reintervenciones y la necesidad de asumir que, tarde o temprano, será necesario volver a pasar por el quirófano.

Es fundamental considerar si esta dependencia compensa los beneficios estéticos y emocionales que se buscan con la cirugía.

Galería de fotografías

Con implantes:

Post-extracción de implantes:

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